sábado, 9 de junio de 2012

Día 34 La vergüenza de Ser (2)

La vergüenza de llamarse "Guadalupe" 

En mi proceso de camino a la vida me comprometo a mi misma a ir develando capa tras capa los puntos y experiencias físicas y psicológicas específicas que han ido conformando mi personalidad/ego en esta existencia, desde la más temprana infancia. No importa lo ridículo/absurdo e infantil que pueda parecer, me comprometo a mi misma a sacarlos de su rincón oscuro donde aún se encuentran agazapados para exponerlos a la luz de mi propio ser y levantarme por primera vez como la vida. 

Una de estas ha sido la vergüenza  que a lo largo de muchos años he experimentado  dentro de mi ser. La "primera" si acaso es la primera o mejor aún la que mi mente recuerda esta relacionada con mi nombre: "María Guadalupe", un nombre católico, virginal (jaja).
que en México es muy venerado en honor a la Virgen de Guadalupe. 

De dónde pues viene la ¿vergüenza? Tendría yo quizá 5 años de edad, y recuerdo vagamente estar sentada en el patio de mi casa, o en las escaleras que se yo, frente a mi hermana 8 años mayor que yo, ella con un tono despectivo me dijo:"tienes nombre de sirvienta". !Vaya como lo recuerdo con tanta nitidez! por que esto marco el principio de mi vergüenza por mi misma. Incorporé la frase "sirvienta" como algo peyorativo, inferior, sin valía, infortunado, que introyecte a mi psique. Así que durante muchos años hasta la fecha de hoy he odiado este nombre, suprimiéndo el Guadalupe cada vez que tengo oportunidad, porque según mis juicios es un nombre fuerte, feo, inarmónico. Todos estos juicios y comparaciones quedaron grabados dentro de mi misma, y como yo misma  como una e igual con los juicios respecto del Guadalupe. Años después reclamé a mi madre el que me hubiese puesto así, un nombre que en este país es venerado por los "pobres", un nombre de ¿ pobres?, no siempre pero casi siempre.

Me perdono a mi misma por aceptar y permitir mantenerme en separación de mi misma en base a  mi nombre.

Me perdono a mi misma por aceptar y permitir hacer juicios y comparaciones a partir del nombre de las personas como mejores o peores.

Me perdono a mi misma por aceptar y permitir crear separación entre las personas a partir de su nombre catalogado como bonito o feo y a partir de ello asociar lo bonito o feo con las personas mismas.

Me perdono a mi misma por aceptar y permitir catalogar y hacerme una historia de las personas por lo bien o mal que suenen sus nombres 

Me perdono a mi misma por aceptar y permitir crear dentro de mi mente, la aceptación o el rechazo de mi misma a partir de mi nombre

Me perdono a mi misma por aceptar y permitir creer que el nombre propio crea una aureola alrededor de ti que te permite ser aceptada o rechazada por la sociedad.

Me perdono a mi misma por aceptar y permitir mantenerme toda mi vida en un estado de vergüenza dentro de mi misma por los juicios e ideas que cree alrededor de mi nombre.

Me perdono a mi misma por aceptar y permitir mantener dentro de mis pensamientos secretos una vergüenza permanente por mi misma en asociación con mi nombre.

Me perdono a mi misma por aceptar y permitir vivir en separación de mi misma rechazándome a mi misma a partir de mi nombre que nunca acepte y rechacé por la vergüenza de asociarlo con algo despreciable como el de ser una "sirvienta", lo cual no era nada cool, etc. 

Me perdono a mi misma por aceptar y permitir sentir un vuelco en el estomago cuando alguien me llamaba por el nombre solo de Guadalupe sintiendo una estocada en el ego (jaja), por que no sonaba cool y más bien lo sentía como una agresión hacia mi persona por lo fuerte que sonaba según yo.

Me perdono a mi misma por culpar a mi madre por atreverse a ponerme tal nombre cuando yo merecía tener otro. 
(Nota a pie de página: justo ahora mientras escribo llega otra  percepción: la de no merecimiento a partir de dicho nombre, y !vaya! viene algo más: asociarlo con el rechazo de mi madre hacia mi (según las memorias de mi mente que ahora se están activando, pero que no profundizan más).

Me perdono a mi misma por aceptar y permitir vivir en separación de mi nombre y permitir y aceptar ser definida por mi nombre, cuando en los hechos yo simplemente soy la vida queriendo experimentarse a si misma, sin los limites de un nombre que definan mi personalidad.

Me perdono a mi misma por aceptar y permitir ocultar vergonzosamente mi nombre a los demás por pena y vergüenza de no tener un nombre cool que expresara mi auto-importancia personal, sino que la disminuía según los dictados de mi mente.

Me perdono a mi misma por aceptar y permitir crear un circuito de pensamientos, sentimientos y emociones de complejo de inferioridad a partir de mi nombre. Estableciendo puntos de comparación primero con mis hermanas ya que todas ellas tenían nombres "bonitos" y yo no, y así crecí alimentando  y extendiendo a otras áreas de mi vida estos pensamientos, sentimientos y emociones de inferioridad, en separación conmigo misma, alimentando con ello los sistemas de conciencia mental dentro de mi. 

Me perdono a mi misma porque hasta el día de hoy rechazo mi nombre, y prefiero suprimirlo.

Me comprometo a mi misma a levantarme por la vida como la sustancia de vida que no se define a partir de una personalidad cuyo primer "ladrillo" por decirlo así de su constructo se da a partir del nombre.

Me comprometo a mi misma a parar el abuso de la vergüenza que alimente como un parásito a lo largo de toda mi vida porque fundamente mi valía a partir de mi nombre.

Me comprometo a mi misma a no asociar nunca más la valía de nadie ni de nada a partir de como se le nombre en esta encarnación y dimensión de vida.

Me comprometo a mi misma a hacer las pases con mi nombre y dejar/diluir/desapegar mi vergüenza de ser a partir de mi nombre, y levantarme como la sustancia de vida que solo es y no se nombra, porque ya es. .








No hay comentarios: